Interculturalidad en el Ecuador

Ecuador un país privilegiado por su naturaleza, debido a su variedad de pisos climáticos, la presencia de la cordillera de los Andes, las costas que posee, la Amazonía y las encantadas islas Galápagos han hecho de Ecuador un paraíso en la tierra, es en este territorio donde se forja una sociedad encaminada hacia el buen vivir.
Buen vivir, un tema trascendental en la vida de las sociedades modernas que va más allá de saber relacionarse con las personas que nos rodean, valorando lo nuestro, rescatando nuestra identidad que a través de la historia se ha visto influenciada por corrientes de pensamientos no autóctonos traídos del extranjero y que día a día nuestra juventud los repite sin conocer su verdadero significado.
Valorar lo nuestro es un tema que en los últimos años se ha convertido en prioridad, pero como valorar lo nuestro si muchas veces no lo conocemos.
Ecuador un país intercultural donde conviven personas con diferentes costumbres, aunque estas diferencias no deberían ser motivo de un conflicto social sino más bien podrían convertirse en interacciones para aprender de los demás y juntos lograr construir ese Ecuador del buen vivir que todos soñamos y así contribuir con el desarrollo de nuestra querida patria.
Ecuador es una nación multiétnica y pluricultural. Su población es de 16 millones de habitantes. Habría que considerar la diversidad étnica y regional del Ecuador para analizar su cultura. Étnicamente está marcado por la presencia de mestizos, indígenas y afro ecuatorianos.
Según el último censo nacional (2010), Ecuador tiene un 40% de población indígena, agrupada en 14 nacionalidades y 19 pueblos, según reconoce la Constitución.
La interculturalidad es el proceso de comunicación e interacción entre personas o grupos con identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas y acciones de una persona o grupo cultural esté por encima del otro, favoreciendo en todo momento el diálogo, la concertación y, con ello, la integración y convivencia enriquecida entre culturas.
Las relaciones interculturales se emplean mediante el respeto a la diversidad y el enriquecimiento mutuo; sin embargo, no es un proceso exento de conflictos. Estos pueden resolverse mediante el proceso del respeto, la generación de contextos de horizontalidad para la comunicación, el diálogo, la escucha mutua, el acceso equitativo y oportuno a la información pertinente, la búsqueda de la concertación y la sinergia.
La interculturalidad no se refiere tan solo a la interacción que ocurre a nivel geográfico, sino más bien, en cada una de las situaciones en las que se presentan diferencias. Hay que tener en cuenta que la interculturalidad depende de múltiples factores, como las distintas concepciones de cultura, los obstáculos comunicativos, la carencia de políticas estatales, las jerarquías sociales y las diferencias económicas. Además de acuerdo a la perspectiva con la que sea observada puede entenderse de una u otra forma. Por ejemplo, si se analiza el concepto desde la ética podemos descubrir que la forma en la que se involucra en el enraizamiento de los valores sociales es a través de la promoción del respeto de la diversidad, donde cada persona tiene derecho a ser como desea y el mismo paradigma vale para los colectivos.
La interculturalidad está sujeta a muchos conceptos visibles y también variables como: cultura, diversidad, hegemonía cultural, política y económica de países y regiones, obstáculos comunicativos como el idioma y la diversidad lingüística, políticas integradoras e integracionistas de los Estados, jerarquizaciones sociales, sistemas económicos excursionistas y que sustentan hegemonías ideológicas mediante la discriminación y la acción política de menoscabo de las identidades nacionales, así como diferentes niveles de desconocimiento entre grupos culturales de los mecanismos sociales y políticos para el ejercicio de derechos civiles y diferencias en el ejercicio pleno de las personas, de los derechos humanos y de género.
El concepto de interculturalidad apunta a describir la interacción entre varias culturas de un modo horizontal y sinérgico. Esto supone que ninguno de los conjuntos sociales que establecen un contacto intercultural, se encuentra por encima de otro, en condiciones de supremacía en relación con el otro, como condición que favorece la integración y la convivencia armónica de todos los individuos. Cabe resaltar que este tipo de relaciones interculturales supone el respeto hacia la diversidad; aunque es inevitable el desarrollo de conflictos, estos se resuelven a través del respeto, el diálogo y la concertación.

Pese a que la idea de interculturalidad desde la globalización nació hace relativamente poco, no fueron pocos los investigadores de la comunicación, la antropología, la sociología y el marketing que han trabajado sobre el concepto. La noción se diferencia del multiculturalismo y del pluralismo por su intención directa y su accionar propositivo de promover el diálogo y el acercamiento entre culturas.


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